viernes, 13 de julio de 2012

Nunca quise marcharme, pero tu tampoco me diste motivos para quedarme.

Nos comimos a besos un lunes y nos olvidamos un viernes. Tú me volvías loca, encendías algo en mí con tan sólo palabras, tú me hacías temblar, y yo chaval, yo era la única que podía contigo. Era tan inusual, tan de película, que pensé que podríamos conquistar juntos el universo. Me equivocaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario